La Generación X se enfrenta a las apps de citas

 

Si hay algo que nunca pensé discutir en profundidad en mi consulta, serían las estrategias para deslizar el dedo en Tinder. Pero aquí estamos, en 2024, donde incluso la búsqueda del amor (o al menos de una buena cena) puede requerir una sólida conexión Wi-Fi y la habilidad para elegir tu mejor selfie. Roberto, un paciente encantador de 54 años, recientemente compartió conmigo su incursión en el intrigante mundo de las apps de citas, especialmente diseñadas para la era digital, pero no necesariamente para la Generación X.

«Decidí sumergirme en las apps de citas», comenzó Roberto, con un tono que oscilaba entre la esperanza y la resignación. «Y, ¿sabes? Es un campo minado. Primero, tuve que elegir la app. Hay tantas opciones que me sentí como un niño en una tienda de dulces, si esa tienda de dulces estuviera llena de selfies y perfiles que dice «me encanta viajar».

«Escoger mi foto de perfil fue mi primera gran batalla», continuó. «¿Opto por la foto casual en la playa de hace cinco años, o elijo una más reciente donde se nota que la gravedad ha comenzado a hacer su trabajo? Al final, elegí una donde estoy sonriendo con mi perro. Si vas a jugar, juega seguro, pensé»

«Después, estaba el asunto de cómo presentarme. ¿Cómo condensas tu vida, tus esperanzas y sueños, en 500 caracteres o menos? Es como tratar de hacer un haiku sobre tu existencia. Al final, mencioné mi amor por el café, los libro y, por supuesto, los largos paseos por la playa. Cliché, sí, pero honestamente, ¿quién no ama la playa?

«Las primeras conexiones fueron…interesantes», admitió con una risa. «Tienes esta extraña sensación de estar en una entrevista de trabajo muy informal, donde ambas partes intentan descifrar si la otra persona busca el amor verdadero o simplemente matar el tiempo. Y no me hagas empezar con el «Ghosting». Nunca pensé que ser ignorado digitalmente pudiera ser tan desconcertante.

«Pero aquí está la cosa», reflexionó Roberto, «a pesar de todas las peculiaridades y los momentos de ¿qué estoy haciendo?, hay algo genuinamente fascinante en conectarte con alguien que de otra manera nunca habrías conocido. Sí, es un proceso lleno de errores y aciertos, pero ¿acaso no lo es toda forma de búsqueda de relaciones?

Así que, ¿recomendaría las apps de citas a mis amigos?, preguntó, casi como si esperara mi aprobación profesional. «Con cautela», concluyó, «Ve con mente abierta, espera lo inesperado y, sobre todo, mantén tu sentido del humor. Después de todo, encontrar a alguien que te haga reír vale todo el esfuerzo de deslizar el dedo».

Después de varias semanas de sumergirse en el mundo de las apps de citas, Roberto volvió a mi consulta con algunas perlas de sabiduría que solo alguien que ha sobrevivido a las trincheras del amor digital podría ofrecer. «He aprendido mucho», comenzó, «y no sólo sobre cómo tomar una selfie decente».

«Lo primero es la paciencia», dijo Roberto con un tono que sugería tanto resignación como una nueva comprensión. «En un mundo donde todo es instantáneo, esperar una respuesta puede sentirse como una eternidad. Pero he aprendido a tomarlo con calma. Después de todo, ¿qué es un par de días de espera comparado con encontrar una conexión real?

«Ser auténtico es más difícil de lo que uno piensa», reflexionó. «En un espacio donde puedes ser quien quieras, la tentación de adornar la realidad es grande. Pero me di cuenta de que las conexiones más significativas ocurrieron cuando fui simplemente yo, sin pretensiones. Aunque eso signifique admitir que mi idea de una noche emocionante es una buena película y una pizza».

Roberto también compartió sus pensamientos sobre cómo la tecnología ha cambiado la forma en que nos conectamos. «A veces, todo el proceso es demasiado mecanizado, como si estuvieras eligiendo un producto en lugar de conocer a una persona». Pero también hay momentos mágicos, donde a través de una pantalla puedes sentir una chispa genuina»

«El rechazo es parte del juego», admitió. «Pero en lugar de verlo como un fracaso personal, he aprendido a verlo como una señal de que simplemente no era el momento correcto a la persona adecuada. Y está bien. No todos podemos ser el café favorito de alguien». » Si vas a sumergirte en las apps de citas, prepárate para todo tipo de sorpresas», continuó Roberto, claramente divirtiéndose al recordar su propia experiencia. «Hubo una cita en particular que podría calificar como un desastre absoluto, pero en retrospectiva, es una historia fantástica para contar».

«Todo comenzó bastante bien. Nos encontramos en una app muy popular, y después de unos días de charla amena, decidimos encontrarnos en persona. La elegí porque su perfil decía que le encantaba la aventura y, bueno, pensé que yo también podía ser un poco aventurero».

«Nos encontramos en un pequeño café, el tipo de lugar que elige alguien que quiere asegurarse de que hay testigos» Ella llegó tarde, lo cual no es gran cosa, pero lo interesante es que no se parecía en nada a su foto de perfil. Me refiero a que esperaba algunas diferencias, pero esto era como si hubiera enviado a su prima lejana en su lugar».

«Intenté pasar por alto la sorpresa inicial y darle una oportunidad a la conversación. Pero, ¿alguna vez has intentado hablar con alguien cuyo único interés parece ser el número de seguidores que tiene en Instagram? Cada dos minutos revisaba su teléfono y se tomaba selfies, incluso con el café que, según ella, era para «mantener activo su feed»

«Y justo cuando pensé que la cita no podía ser más extraña, sacó una lista. Sí, una lista real impresa de todas las cualidades que su «pareja ideal» debería tener. Empezó a hacerme preguntas de esa lista, marcando mis respuestas en una hoja de papel. Me sentí como si estuviera en una entrevista de trabajo muy rara, o peor, en un examen sorpresa para el que no había estudiado».

«Después de lo que me pareció una eternidad, pero probablemente fueron solo dos horas, decidimos que era mejor terminar la cita. Nos despedimos amablemente, aunque dudo que cualquiera de los dos tuviera intención de llamar al otro. Mientras caminaba a casa, no pude evitar reírme. Pensé que buscaba una conexión, pero en su lugar, obtuve material para una excelente historia de citas desastrosas».

¿Sabes qué es lo mejor de esa cita?, preguntó Roberto, aún entre risas. «Me enseñó a no tomarme las cosas demasiado en serio. Sí, el amor en la era digital puede ser complicado, lleno de malentendidos y perfiles embellecidos. Pero también está lleno de posibilidades y, si tienes suerte, algunas historias increíbles.

Animado por el recuerdo de su primera aventura, Roberto decidió compartir otra historia, esta vez adentrándose en territorio casi inverosímil, que dejó claro que el mundo de las apps de citas nunca deja de sorprender.

«Después de la entrevista…digo, la cita anterior, pensé que nada podría sorprenderme», dijo Roberto con una sonrisa que anticipaba la extravagancia de lo que estaba por contar. «Oh, qué equivocado estaba».

«Conocía a Marta en una de esas apps que prometen compatibilidad basada en intereses comunes. Ambos compartíamos un amor por la comida gourmet y el vino fino, así que una cena parecía el plan perfecto. Marta sugirió un nuevo restaurante de moda que, según ella, era «una experiencia culinaria transformadora». Yo estaba emocionado.

«Llegué al restaurante, un lugar que parecía más una galería de arte moderno que un sitio para comer. Marta ya estaba allí, vestida extravagantemente, como si fuera a una gana y no a una cena casual. Las primeras señales de alerta aparecieron cuando insistió en pedir por los dos, asegurándome que «confiara en su exquisito paladar». Lo que siguió fue, sin duda, exquisito, pero no de la manera que me esperaba».

«En lugar de platos de comida, nos trajeron pequeñas «obras de arte comestibles» que parecían sacadas de una exposición de miniaturas. Cada «platillo» era más abstracto que el anterior, culminando en una «esencia de niebla otoñal» servida en una copa literalmente vacía. Marta estaba embelesada, declarando que era la mejor cena de su vida. Yo sólo podía preguntarme si realmente se suponía que debíamos comer algo o sólo admirar la presentación.

«Cuando llegó la cuenta, me di cuenta de que la verdadera experiencia «transformadora» sería ver el saldo de mi cuenta bancaria después de esa noche. Marta, notando mi expresión de shock, simplemente sonrió y dijo que «la verdadera riqueza es la experiencia vivida». Luego, como si fuera un personaje de una novela de misterio, se levantó y desapareció, dejándome con la cuenta, la confusión y una profunda reflexión sobre el valor del dinero.

«Al reflexionar sobre esa noche, no puedo evitar reírme», concluyó Roberto. «Fue, sin duda, la cita más desastrosa y surrealista que he tenido. Pero me enseñó una valiosa lección sobre la aventura que es la vida… y sobre siempre preguntar el precio antes de dejarse llevar por «experiencias transformadoras»

Después de la cena surrealista que bien podía haber sido una escena directamente sacada de una comedia romántica avant-garde, Roberto se tomó un tiempo para reflexionar sobre sus experiencias en las apps de citas. «Te hace pensar», dijo, «sobre lo que realmente estamos buscando cuando deslizamos el dedo por la pantalla.

«En un mundo donde puede «conocer» a alguien con sólo deslizar el dedo, la conexión genuina parece un arte perdido», reflexionó Roberto. «Pero, ¿sabes? A pesar de las citas desastrosas, también he tenido conversaciones increíbles, de esas que te hacen quedarte despierto hasta tarde, hablando sobre todo y nada a la vez. Esas son las joyas raras que te hacen seguir intentándolo».

«Lo que he aprendido», continuó, «es que cada persona que te encuentras, no importa cuán breve sea el encuentro, tiene una historia que contar. Y hay algo hermoso en eso, en compartir un pedazo de tu mundo con alguien más, incluso si al final no terminan juntos. Esas historias compartidas, por más breves que sean, te cambian de maneras inesperadas.

«Estas experiencias me han hecho revaluar lo que espero de las relaciones y de mí mismo», admitió. La Generación X, estamos en un punto interesante de nuestras vidas. Muchos de nosotros hemos visto relaciones comenzar y terminar, hemos experimentado el amor y la pérdida, y ahora, en la era digital, estamos aprendiendo a navegar el amor bajo un nuevo conjunto de reglas».

«Si algo he ganado de meterme en las apps de citas, aparte de algunas historias para contar, es una especie de resiliencia en el amor», dijo con una sonrisa. «Aprender a reírte de los desastres, a apreciar los buenos momentos, y más que nada, a mantener la esperanza de que hay alguien ahí, que quizás deslizando el dedo en este mismo momento, que está buscando exactamente lo que tú ofreces»

Mirando hacia el futuro, Roberto se siente más preparado y abierto a lo que traigan las apps de citas. «Quién sabe», dijo, «tal vez la próxima persona que deslice a la derecha sea la que convierta todas estas experiencias pasadas en simples anécdotas divertidas de nuestro camino hacia encontrarnos».

 

Una perspectiva psicológica sobre las apps de citas

 

Desde una perspectiva psicológica, la historia de Roberto y sus aventuras en el mundo de las apps de citas ofrece varios puntos de reflexión importantes sobre la naturaleza de las relaciones humanas en la era digital.

La inclusión de Roberto en las citas online subraya cómo las personas deben adaptarse y evolucionar en sus métodos para buscar conexiones en un mundo que cambia rápidamente. Desde un punto de vista psicológico, esta adaptabilidad es crucial para nuestro bienestar emocional y social. No recuerda la importancia de permanecer abiertos y flexibles a nuevas experiencias, incluso cuando desafían nuestras expectativas o nos sacan de nuestra zona de confort.

A pesar de la peculiaridades y desafíos de las citas online, la búsqueda de Roberto por autenticidad destaca un aspecto fundamental de las relaciones saludables: la importancia de ser genuino. La psicología subraya la autenticidad como una piedra angular de las relaciones significativas. En un mundo donde la presentación de uno mismo puede ser cuidadosamente filtrada, encontrar y valorar la autenticidad se convierte en un acto de valentía y una base para conexiones reales y profundas.

La experiencia de Roberto refleja la paradoja de la elección que muchas personas enfrentan en las apps de citas: tener demasiada opciones puede hacer que sea más difícil tomar decisiones satisfactorias. Desde una perspectiva psicológica, esto puede llevar a la ansiedad y a la insatisfacción crónica. La historia de Roberto nos enseña la importancia de establecer criterios claros para lo que buscamos en una pareja y la valía de profundizar en las conexiones en lugar de perseguir continuamente nuevas opciones.

Finalmente, la resiliencia de Roberto frente a experiencias desastrosas y su capacidad para mantener el optimismo es un recordatorio poderoso de la resiliencia humana. La psicología reconocer la resiliencia como un factor clave en el manejo de los desafíos de la vida. La habilidad de Roberto para reírse de sí mismo y ver cada experiencia como una oportunidad para aprender y crecer es un modelo de cómo enfrentar las adversidades con gracia.

La historia de Roberto, vista a través de la lente de la psicología, es un testimonio de la complejidad, el desafío y la belleza de buscar amor y conexión en la era digital. nos recuerda que, aunque las herramientas y plataformas para encontrar pareja pueden haber cambiado, los principios subyacentes de las relaciones significativas -autenticidad, adaptabilidad, resiliencia y optimismo- permanecen constantes.

Un abrazo

Raquel

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