Como ya he comentado en algún post, hoy en día vivimos demasiado deprisa, tenemos demasiadas exigencias y cosas que hacer, lo que nos resta tranquilidad en el día a día: “vivimos estresados”, no sabemos parar, no encontramos un hueco para nosotros/as mismos/as, para relajarnos, para conectarnos. Consciente o inconscientemente hay una tendencia bastante generalizada a identificarnos con lo que hacemos, cosa que potencia bastante nuestra cultura, por lo que si “dejamos de hacer”, aparece el miedo a “no ser”.
Este estrés crónico en el que estamos inmersos, a veces sin ni siquiera darnos cuenta, tiene muchas consecuencias, entre ellas, la pérdida o disminución del deseo sexual. Cuando estamos en situaciones de estrés nuestros niveles de cortisol en sangre aumentan, lo que nos produce una energía extra para situaciones de “alarma”, esto es adaptativo para los momentos en los que realmente nos encontramos en peligro, pero los seres humanos podemos generar ese estado mediante el pensamiento, aunque la situación no sea “real”. Todo esto reprime la mayoría de las funciones orgánicas, entre ellas, el apetito sexual.
Una persona estresada vive tensa, alerta, preocupada, irritable, a la defensiva… y todo esto produce un alejamiento de uno/a mismo/a. Cuando no estamos conectados con nosotros/as y nos dejamos llevar por la inercia del día a día, es difícil poder conectarse con “el otro”. Además, las relaciones sexuales necesitan de una entrega de tiempo, de cuerpo, de emociones…, si nuestra cabeza está ocupada con preocupaciones y pensamientos, es complicado llegar a dicha entrega.
Para ello es importante, aparte de cambiar algunos hábitos de vida, practicar la “mente en calma”, meditación, observación de nosotros mismos… tomándonos aunque sea un rato al día para parar nuestra mente y conectarnos con nosotros/as.
Aquí te dejo un vídeo que he encontrado y me parece bastante gráfico para explicar el proceso de meditación o Mindfulness. Espero que te sea de utilidad y que tengas un buen día!!